Suena irónico
y de pronto un poco descabellado el
título de este artículo, pero cada día que pasa
y con cada consultoría
nueva que inicio, veo
que este tema cobra más relevancia,
tiene más fundamento y más
veracidad en la vida
empresarial.
Empecemos
por partes:
Toda persona inicia su empresa o negocio con la
idea obvia de ser rentable, unos más
claros que otros como es normal. Podemos encontrar
emprendedores desde el que desea abrir sus puertas y tener
lleno su establecimiento al otro día, o estar
generando millonarias ventas
que en el 90% de
los casos termina fracasando; hasta
el que es consciente de la complejidad del asunto y que una empresa no
se hace de la noche a la mañana que por desgracia es un porcentaje
menor. Este tipo de empresario
tiene un proyecto de trabajo con metas a corto,
mediano y largo plazo, evalúa, cambia, proyecta y tiene menor riesgo de
fracasar en el intento.
Sin
diferenciar a cuál de los dos grupos antes mencionados les funciona mejor la
idea, nos vamos a trasladar a un
escenario hipotético donde supondremos
que la idea funcionó, que el negocio prosperó y que esa famiempresa o
microempresa podría llegar a convertirse en una PYME. En este momento le
tengo una muy mala noticia, este es el instante más crítico de su actividad empresarial y mucho más que el día donde hasta
ahora estaba pensando cómo
llamarle a su proyecto empresarial. Y claro se preguntará ¿Por qué? Es
muy sencillo: acá los errores pequeños ya se ven más grandes, la inversión
económica debe ser mayor. Elemental, pues no sólo está el capital
inicial de su empresa sino
las utilidades dadas, porque
si la cosa funcionó, no hay que ser un genio para saber que hay muchas
utilidades y ratifico lo dicho, hay mayor inversión expuesta. El manejo de su
personal es más difícil, no es lo mismo manejarse usted solo o a 1,2, 3
personas, que tener 10, 20, 100 o más empleados
a su cargo. Ya no sólo va a tener a sus
clientes observando sus productos
sino a la competencia, viendo a su empresa qué
está haciendo para tratar
de hacerlo mejor; y en este sentido, ya no será un valor agregado el saber qué están haciendo de
vez en cuando las empresas
de su sector, sino que el famoso Benchmarking, ahora es una obligación.
Otro
aspecto muy importante hace referencia al tema
fiscal, que desde el primer día
debe ser perfecto porque en este momento su empresa tendrá más atención de los entes Oficiales que vigilan; un
error que antes daría una penalidad pequeña, ahora será un castigo
absolutamente grande que puede llevarle a la quiebra no sólo sus sueños sino también
su estado financiero. Si hablamos de procesos, ya no podrán ser más
operados por el famoso “dedímetro latino”, sino que deberán tener indicadores,
seguimientos, evaluaciones, entre otros.
Si
hablamos del sector gastronómico para
tener un ejemplo, el estandarizar
recetas es vital porque se presenta bastante a menudo la transmisión de
información de manera verbal y en este proceso viene la receta donde se le coloca una pizca de condimento, sal o lo que
sea; entonces le pregunto: ¿Su pizca será igual a la mía o la de otras personas
que ahora leen este artículo? Creo que su respuesta fue “No”, por eso es vital
la estandarización de procesos.
Con
el tema de querer ser muy práctico, claro y no ser enredado, como algunas veces
hablamos o planteamos las situaciones nosotros los consultores, le
resumo este proceso con una comparación:
imagine por favor un equipo de fútbol de la categoria B; después de trabajo,
luchas y sufrimientos, entre muchas
cosas, su equipo llega a la división A. En este momento debe
cambiar muchas cosas: traer jugadores
de más nivel, un equipo con más experiencia, una dirección más especializada entre otros aspectos, porque de lo contrario, en muy corto tiempo, estará de
vuelta en la B, o peor aún si se
descuida, podría hasta estar fuera de la
competencia. Sucede Igual en su empresa, después de cierto tiempo y crecimiento,
va requerir de la combinación de los
empíricos que están casados con la marca y con los
nuevos profesionales especializados que lo estructurarán. Los dos son importantes en
igual escala porque no sólo de
títulos profesionales vive la
empresa. ¡Ojo! Pues vive también
del amor por lo que se
hace y de eso sí que sabe el empírico.
Una
última sugerencia absolutamente importante: recuerde que
su negocio no es
su caja menor, que de allí no es que va a pagar los gastos de la casa,
los quince años de su
hija, el auto para su hijo que entró
a la universidad, todo justificado en la
disculpa “ES QUE YO TRABAJO POR ELLOS, PARA QUE TENGAN LO
QUE YO NO TUVE”. Si de verdad lo hace por ellos, no cometa ninguno de los errores que le mencioné
o algunos más que a diario me encuentro
en mi trabajo de asesore empresarial.
Asesórese,
pregunte, consulte, innove, cambie, rediseñe, evolucione y ante
todo, nunca se crea el dueño del mercado, porque como le pasó a usted,
cuando el su competencia se descuidó y pensó que nadie podía
entrar a competirles; apareció usted con su organización, se posesionó y
les desplazo en la participación de ventas del segmento. Ahora usted ya más grande, corre este mismo riesgo, acuérdese: llegar es fácil, lo complicado es mantenerse
y prosperar en el tiempo, por eso crea en los consultores especializados,
crea en su trabajo, sus consejos, ejecútelos para sus
nuevos proyectos, que de la mano de ellos, su experiencia en el campo,
siempre tendrá muy buenos resultados y el
margen de error será llevado a la mínima
expresión.
Acuérdese que en
este momento su estrés y sus
responsabilidades ya son mucho
más grandes, va a disfrutar menos
de lo que hace, ya no sólo usted y su familia dependen del negocio, ahora de la
PYME depende el sustento de muchas más familias, sus deudas a proveedores
ya no serán tan bajas, su nivel de control
del dinero no será tan básico, los temas
fiscales, se complicarán más y tendrá que pagar más, mucho más. De igual
forma, tener feliz a más
gente no será tan fácil y menos, cumplirles
a todos como ellos lo esperan. En fin muchas otras
cosas que no me dejarían acabar éste
artículo. Pero tranquilo, con esto no quiero asustarlo, para que no
inicie o siga con algo próspero, por el
contrario, abra los ojos, pregunte y busque ayuda, que eso no es debilidad o incapacidad sino sabiduría y si tiene soluciones a la mano, utilícelas y consúltenos que para eso
trabajamos. Con todo lo anterior, pregúntese si aún puede desmentir que no
tengo razón al decir que Usted podría sufrir
del GRAVE PROBLEMA
DE SABER
QUE SU NEGOCIO SE CRECIÓ.
Como
nos interesa bastante su opinión y brindar temas de interés, le invitamos a
escribirnos, a seguir dándonos sus opiniones y a proponer temas para que sean
desarrollados por nuestro equipo creativo y de investigación, al correo mercadeo@sowhat.com.ar.
De
esta manera concluye nuestra editorial, la cual no podría cerrarse sin reiterar
mi agradecimiento por leernos y darnos sus opiniones. Se despide su amigo,
Héctor
Jiménez Rodríguez.
@chesitoJR
@sowhatcolombia
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