Hoy
nuestro tema es “NO ME HABLES DE DIOS”.
Les parecerá un poco fuerte nuestra gráfica y el nombre de nuestro artículo, pero
más adelante en las líneas que vienen, les darán una idea del porqué de mi
expresión.
Estoy
harto de ver y escuchar todos los días por donde voy, el tema de Dios. No por
Dios, sino por la doble moral con la que se hace. Lo veo en el Facebook, lo veo
en los estados de la BlackBerry, en los grupos, en el deporte, por todas partes,
pero vivo cada día en una sociedad más sucia, hipócrita y decadente.
Me
hace reír bastante cuando veo muchas mujeres que escriben en sus redes sociales
o en su estado de Blackburn: “Gracias Dios por todo lo que me estás dando”,
pero cuando analizo su vida, veo que ha progresado en su trabajo y en sus metas,
a través de la dehonestidad, deslealtad, de dividir, de vender su cuerpo a sus
clientes o jefes. Mi pregunta a ellas es: ¿Dios les dijo que se vendieran o
fueran tan poca cosa y por eso le dan gracias por las indicaciones para
triunfar en la vida? ¿Será que tienen por tanta rezadera las rodillas peladas?
¿O será por otra cosa?
Lo
veo en el tipo que tiene mil escapularios, tatuajes de Dios, imágenes santas,
pero sale con un arma a robar, matar, violar y secuestrar. Para ellos su
proyecto de vida debe ser… “El que peca, reza y empata”.
Cuando
miro el fútbol y escucho que hablan de las maravillas de Dios, de su entrega y conexión con Él, los
analizo arrodillados y entregados a una vocación, pero después dentro de la
cancha me doy cuenta de cómo tratan de engañar al referee, como de manera
mañosa pierden tiempo y lo peor de todo, de manera absurda van a golpear y
tratar de lesionar a otros deportistas. Me pregunto, ¿Dónde les quedó la
rezadera y la palabra del Mesías?
Siento
asco cuando veo a los políticos -que son los peores de todos-, yendo a las
ceremonias religiosas y dándose golpes de pecho, -mucho más si estamos en
campaña electoral- y hacerse los cancheros mostrando ese lado puritano,
sabiendo que dentro de ellos nada de eso existe y menos en su entorno. ¿Dios
les aconsejará que hagan tantos peculados, desfalcos, escándalos, conflictos de
intereses y manipulación del poder?
Me
burlo bastante de estos que van a la iglesia, sea el culto que sea y se
desgarran en oraciones y arrepentimientos pero al salir de ahí, se van para
donde el santero, brujo, espiritista, el de la magia negra, tarotista, el de la
carta astral, para que le liguen el ser querido, el amor, para hacer brujería y
joder a los demás o para los talismanes de suerte. Nunca, en lo que he
estudiado de Jesús, la Virgen o cualquiera de los personajes que los rodearon,
supe que pararan una peregrinación para ir donde el profesor Salomón (si
alguien me escribe y me dice que tipo de profesor es, o que es lo que enseña, se
lo agradeceré), que les leyera el tarot Janin o la carta astral con Mauricio
Puerta. De que existe gente con poderes de hacer bien y mal, no tengo la menor
duda, pero ustedes deciden si sólo requieren de Dios para triunfar y para
evitar que terceros les hagan daño, o poder bloquearlos si ya alguien lo hizo
hacia usted. ¡Cuidado no es posible casarse con Dios y con el diablo!
Los
curas, pastores, enviados o como quieran llamarles, son otro tipo de personas
que me hacen perder un montón la fe. No quiero más payasos como el padre chucho
o el padre Alberto. No quiero más a Benedicto XVI comentando: “Dios no quiere a las parejas
que conviven sin el vínculo del matrimonio”. Me pregunto al leer esto, ¿Será
que a Dios sí le gustan los curas pederastas?, ¿Será que le gusta la opulencia
que viven en el Vaticano, o el anillo de más de U$450.000 que usa el señor de
blanco? ¿Dónde quedó aquello de los votos de pobreza? ¿Lo del camello y la
aguja? ¿Sólo en la Biblia? Por fortuna ahora llega la dirección de su santidad Francisco el nuevo Papa argentino, con el cual se ha reavivado la fe y la creencia en la religión. Alguien en verdad con los votos de pobreza, ayuda al prójimo claros, vividos en toda su vida y que genera una paz y una credibilidad absoluta.
Me
asquea la religión como negocio y tanta secta de garaje o ya crecida que te
reciben con la declaración de renta y proyectando tu diezmo. He visto tanta
gente hacer dinero, ganar poder, llegar a la política, tener sexo, todo en
nombre de Dios, que en realidad, cada vez les creo menos.
Cuando
voy a la iglesia, veo como la gente muchas veces va más porque los vean, que
por vocación. Están más pendientes de la ropa, el sentado de la del lado, de
ver el paisaje, que de escuchar y sentir a Dios. No puedo creer como hasta para
ir a tomar la comunión, la gente se empuja, no respeta la fila y miran con odio al que les pasa por el
lado. Cubren cada equivocación y atropello con una Biblia. No quiero gente por
horas en el culto, quiero gente que se conecte con Dios así sea 1 minuto y
hable con Él con el corazón y no con palabras. Les dejo una pequeña reseña de
la biblia para estos personajes que son chupa iglesia: “Mas tú, cuando ores,
entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en
secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Mateo
6:6. ¿Entonces cuál es la necesidad de
figurar?
Es
muy fácil hablar y creer en Dios cuando
todo está bien y marchando, pero qué difícil es creerle, seguirle y soportar
con fe cada prueba de la vida. Ahí sí los quiero ver apegados a Dios y cumpliendo
Sus doctrinas.
Con
lo que escribo no quiero decir que no creo en Dios, obvio que creo, en lo que
no creo es en un alto porcentaje de la humanidad que vive en una ética parcial
y una sensibilidad bíblica. Amo a Dios sobre todas las cosas, trato de seguir
Sus doctrinas, de no equivocarme para no alejarme de Él. Como diría Ricardo
Arjona: “Tengo la consciencia tranquila, por eso no me confieso”. De igual
manera no quiero seres humanos perfectos o santos, porque eso sería imposible,
sólo quiero gente coherente entre sus palabras y sus actos, sólo eso, ¿Será
mucho pedir?
Como
nos interesa bastante su opinión y brindar temas de interés, le invitamos a
escribirnos, a seguir dándonos sus opiniones y a proponer temas para que sean
desarrollados por nuestro equipo creativo y de investigación, al correo mercadeo@sowhat.com.ar.
De
esta manera concluye nuestra editorial, la cual no podría cerrarse sin reiterar
mi agradecimiento por leernos y darnos sus opiniones. Se despide su amigo,
Héctor
Jiménez Rodríguez.
@chesitoJR
@sowhatcolombia