Hoy
nuestro tema editorial es “La mafia de
las empresas de servicios públicos en Colombia”. Cansado de sufrir los
atropellos, maltratos, mentiras, violación de mis derechos, sentirme incluso robado por las
empresas prestadoras de servicios en Colombia, decidí escribir sobre esta
pesadilla que los usuarios tenemos que soportar y estoy seguro, que en algún
momento usted también ha sufrido y ha sido víctima.
Demos
simples ejemplos:
Tigo: es un desorden, su servicio de
internet móvil es muy deficiente, las filas son eternas y siempre tienen una
excusa para ocultar su mal servicio, es más, hasta su publicidad es horrible
ahora. Se quedaron en la pauta del pasado que en realidad era cómica, pero que
ahora en lugar de generar sonrisas, genera lágrimas y rechazo.
Movistar: mucha publicidad, promesas,
infraestructura, pero de servicio al cliente nada de nada. Ir a un centro de ventas
y servicios, como llaman ellos a sus puntos de atención a clientes directos, es
una situación más demorada que las obras de Transmilenio. Son unos
manipuladores terribles, con el tema de la famosa “portabilidad”, que aquel
gran congresista de peinado raro, que no le gusta leer y de apellido Gaviria,
lanzó como su obra magistral, pero que en realidad es la copia de una
normatividad internacional. Para ser más claro, esta empresa no permite que uno
haga portabilidad directa, sino que le hacen esperar al siguiente corte de
facturación, sólo si al pasar la petición, no se hace con menos de diez días
previos a que se genere de nuevo, porque si no, el proceso se va a dos cortes,
de allí, lo pasan a prepago y sólo en ese momento usted podría pasarse a otro
operador celular. Mi pregunta es, ¿Acaso no tenían la obligación las empresas
de hacer este trámite máximo en 3 días? ¿Hecha la Ley, hecha la trampa?
A
la hora de hacer reposición de equipos, es curioso ver como patrocinan el
mercado negro. Ya que no dan muchas opciones y porque es más costoso comprar un
celular con ellos, obligándose a firmar cláusula de permanencia de mínimo 12 meses,
que por ejemplo, salir a comprarlo en un sitio legal, como puede ser
Panamericana, o Foto Japón entre otros, y ni que hablar del mercado negro, en
el cual le podría costar la tercera parte. Supuestamente según la Ley, no se
pueden hacer cláusulas de permanencia superiores a 12 meses pero ellos las
hacen sin problema a más tiempo, al igual que los señores de la empresa Claro.
Claro: sus centros de atención al cliente parecen
plazas de mercado: están a reventar, normalmente no tienen lugares donde
sentarse cómodamente mientras espera todo el tiempo que cualquier
proceso con ellos implica y las palabras como cordialidad, respeto o servicio,
nunca se las enseñaron en la vida y menos en la capacitación.
De
igual forma, según la Ley, uno tiene quince días para devolver un producto,
cancelar un servicio o pedir su cambio para ellos este tiempo se reduce a dos días.
Lo explico, porque alguien que nos escribió y nos demostró que es real lo que
les comento, compró un equipo celular con un plan prepago en alguno de estos
puntos de las grandes superficies. Falló totalmente al segundo día, al tercero
volvió donde lo compró y le dijeron que ellos no podían hacer nada y que se
debía ir directamente a Claro a buscar una solución. Al quinto día la usuaria
lo hace pero los señores de dicha empresa no se lo cambian inmediatamente, con
la excusa que ya pasaron los dos días y que debe entrar a revisión en servicio
técnico. Esto demora cinco días hábiles, es decir, ocho días de calendario.
Después de eso y por comunicación que ella hace a Claro, le informan que pueden
pasar por el equipo que tenía porque ya estaba listo y que el diagnóstico era
una falla en la batería, la cual sería cambiada y que con el soporte de ingreso,
cualquier persona lo podría reclamar. Envía un tercero a hacer dicho trámite,
pero resulta que no se lo permiten ya que ahora dicen, que le van a cambiar
completo dicho terminal móvil y que como tiene que firmar algunos papeles
adicionales, no se le puede entregar a la persona autorizada, es decir, se debe
volver con la señora. Después de quince días por fin se cambia el celular. Qué
negligencia y que tramitología engorrosa, ¿No les parece? Éste es un solo
ejemplo de los millones que hay, que demuestran la negligencia y la mediocridad
del servicio en algo tan básico como cambiar un equipo en prepago de $57.000
colombianos.
¿Será
por eso que cada vez que hacen negocios, compras de empresas y demás, donde está
el señor Carlos Slim, siempre queda un manto de duda o dolor? Si no me creen,
por qué no traen a la memoria cuando iban a comprar Telecom Colombia; recuerdan
que el Sr. Slim fue recibido en la Casa de Gobierno, como el gran enviado de
Dios y que al poco tiempo gracias a la Contraloría, se pudo evitar que se
regalara la empresa por un 65% de lo que en verdad valía.
E.T.B.: una de las empresas que más le
cuesta a la Nación, con una burocracia inimaginable. Tienen un servicio al
cliente que es un elogio a la mediocridad. Curiosamente en sus cifras y cobros
siempre se equivocan pero en contra del cliente, cosa que me parece bastante
sospechosa. Su medidor de velocidad de internet como los de otras empresas
proveedoras de dicho servicio, está manipulado y siempre marca más de lo que en
verdad ofrecen al usuario. Lo invito a hacer el ejercicio de una medición.
Entre a la página de ellos y al mismo tiempo con alguna otra, como http://www.testdevelocidad.es/
mire la diferencia de registro de velocidad. La explicación que ellos dan es
que supuestamente, marca menos porque es un medidor internacional. Eso es tan irreal
como que le digan que al arreglar un neumático de su auto, le cobren más dinero
porque le colocaron aire del grueso. No por casualidad estuvieron en el
escándalo de los semáforos. Cuando ese gran pseudo pensante que fue Alcalde de
Bogotá el señor Lucho Garzón, hizo casi
instalar semáforos sobre los semáforos.
UNE: son los campeones mundiales de la
estupidez, la mediocridad, el mal servicio, el poco compromiso y la antiética
empresarial. Tienen un call center en
el cual su personal de paisas sólo tiene el acento porque la esencia del
servicio al cliente, vocación de ayuda como carisma, característica de las
personas de aquella hermosa región de Colombia, para estos personajes nunca
vino en su ADN.
Llamar
a su call center es cosa de no menos de
30 minutos para algo muy básico. Si hablamos de intentar cancelar su pésimo
servicio, es toda una odisea, ya que no se va a demorar menos de 1 hora en el
teléfono con toda la parafernalia de ellos. Cuando le atienden, piden hacer 4
preguntas para verificar que usted sí es usted, haciendo las mismas no tardan
menos de 15 minutos porque para variar, le dirán: “Que pena con usted, el sistema está un poco lento,
gracias por esperar”. ¡Es de no creer! Me da la impresión de que para contratar
a su personal de servicio, utilizan como parámetro, personas similares al
personaje del comercial de 4G Revolution:
cara de tonto, cerebro sin estrenar y voz insoportable. Sea esta la oportunidad
para decir que este producto también es un fraude, ya que lo ofrecen para todo
el país con un servicio 10 puntos, cuando sólo aplica para las ciudades de
Medellín y Bogotá. Más publicidad engañosa pero como las entidades que deben
velar por nuestros derechos no hacen nada, pues carta blanca para que ellos
sigan pasando por encima de sus usuarios. Llevan 20 días con su IVR, dañado,
así que cuando usted quiere llamar a colocar una queja por su pésimo servicio,
después de varios minutos en línea, escucha una grabación que en inglés le dice
que su servicio presenta fallas y que intente más tarde. Eso ya lo sabía,
¡quiero es soluciones!
Tendría
acá para contar y mencionar millones de casos que obviamente estas empresas siempre
desmienten, maquillan y tratan de cubrir con sus irrelevantes publicidades o
promociones. Lastimosamente a nosotros -los usuarios- no hay quién nos
defienda.
Como
nos interesa bastante su opinión y brindar temas de interés, le invitamos a
escribirnos, a seguir dándonos sus opiniones y a proponer temas para que sean
desarrollados por nuestro equipo creativo y de investigación, al correo mercadeo@sowhat.com.ar.
De
esta manera concluye nuestra editorial, la cual no podría cerrarse sin reiterar
mi agradecimiento por leernos y darnos sus opiniones. Se despide su amigo,
Héctor
Jiménez Rodríguez.
@chesitoJR
@sowhatcolombia