Hoy
voy a hacer referencia a un tema que es inevitable entre nosotras las mujeres,
que ha generado tabús, complejos, depresiones y hasta angustias. Ha sido tema
de libros, de investigaciones, películas, monólogos, se ha recreado desde el
sarcasmo hasta el chiste; y ya que entro a ellos, hablaré de como los percibo,
y de que han generado en mí. Hablo de
los 30 años en las mujeres. Oh por Dios.
No
es fácil llegar a los 30, dejar atrás los 20 y abrir la mente, el corazón para
recibir los 30 con valentía, coraje y la actitud de apropiarse de ellos,
haciendo caso omiso a la estigmatización en los que está inmerso.
Como
si fuera un mercado persa nos vendieron la idea que a los 30 estas casada,
tienes hijos, eres exitosa y millonaria; y debo asumir que en su momento anhele
todo lo anterior y muchas veces me frustre por no haber cumplido a cabalidad lo
inculcado, me contagie de una sociedad retrograda que despectivamente califica
a la mujer soltera de los 30 como beata, solterona, que nos dejó el bus y hasta
el tren, ¡que absurda es la noción de los 30 en estos países tercermundistas!
Hoy
me detengo, observo, evaluó y me pregunto ¿qué ha pasado en 30 años de mi vida?
(uff suena un número muy considerable) y de lo anterior puedo rescatar lo
siguiente:
A
nivel personal he tenido una vida digna de resaltar, obviamente con todos los
componentes para que sea de mencionar, pues han transcurrido desde una niñez
que considero mágica, inocente como la que caracteriza a la mayoría de los
niños, consentida y un poco, por no decir muy sobreprotegida; caprichosa,
obediente y con algunos temores naturales de la edad. Con sueños por cumplir, dependiente
de mi “chupa”, tetero y cobija, que años después vi la consecuencia de ello.
Una niñez que me dejo lista a pasar a la adolescencia con alegría.
Y
que puedo decir de la adolescencia, de esa edad compleja, de formación de
carácter, donde se adolece de muchas cosas, por algo se llama adolescencia,
pero que en mi estuvo marcada de cosas bonitas, significativas, determinantes
para mi adultez. Rodeada de unas amigas maravillosas, soñadoras, divertidas que
volvían las tardes mágicas en mi casa, con buena música, tema, juegos y un
mundo de sueños; ¡Que épocas! Con una familia incondicional, una abuela (mi NINI) dadora de un amor inmenso y una de las personas más
importantes en todo el transcurso de mi vida.
Luego
vino una etapa de muchos cambios significativos, terminar el colegio, desplazarme a otra ciudad a asumir
una vida adulta, decidir que quería ser
el resto de mi vida en la parte profesional, el primer amor, nuevos
amigos y todo un mundo por explorar.
Llega
toda la etapa de los 20, hasta ahora,
donde están marcados, por culminación de la carrera, entrar al mundo
laboral, una vida de amor, desamor, de ganancias, perdidas, logros
profesionales, personales, materiales y espirituales; fracasos, felicidad
absoluta y tristezas enormes, culminación del posgrado, ilusiones, proyectos
realizados, otros fracasados, sueños cumplidos, otros en espera y otros que ya
no serán.
Son
tres décadas donde he amado con el alma y con el corazón, donde he entregado
todo hasta el punto de olvidarme de mi; he reído, he soñado, he idealizado, he
gozado; pero también he llorado a cantaros, ya conocí el dolor del desamor, el
dolor de la muerte y el dolor de no saber perder; he perdido pero he ganado
más, me he caído una y mil veces pero me he levantado con más fuerza y con más
ganas y hoy sé que todo lo que ha pasado
bueno y no tan bueno ha sido necesario
para aprender y conocer lo que realmente es la vida y poder valorar desde la referencia
del dolor lo que es la alegría y la felicidad y hoy solo tengo la certeza que
el complemento de todo lo que ha sido mi vida es lo que me ha hecho y me ha pulido el carácter y mi ser.
Y
ya no me importa las puyas de la familia, evocando que me quede solterona, no
me interesa que la tía como acto de solidaridad me siga regalando los perfumes
de feromonas, no quiero sentir la presión del mundo porque a mí no me interesa
que llegue cualquiera que alivie el “problemita” de la soltería, porque, ¡sí
que se disfruta la vida con la libertad y la independencia que me ha dado la
edad, la profesión y el trabajo!, no tiene precio que me pueda sentir libre de
ser yo, sin que nadie limite mi sentir y opaque lo que soy.
Y
claro que quiero encontrar una persona que llegue a complementar la felicidad
que ya tengo, que llegue a seguir pintando mis días de alegría, quiero a
alguien que sea seguro de sí, de lo que es y de lo que tiene, que se permita
valorar y admirar a la mujer que tiene al lado, porque no quiero de esos
hombres inseguros que abundan por el mundo, que no soportan ver a la mujer
estar a la par de ellos y que por el contrario las quieren minimizar; quiero a
alguien que quiera construir, amar, crear y obvio procrear (jajaja), bueno la
lista es larga, pero no por ello es imposible de que exista ese persona, que no
es perfecta, pero si mi ideal. Pienso que durante 30 años Dios se ha lucido
dándome lo mejor de lo mejor y entonces ¿cómo por qué conformarme con lo menos
peor? solo ¿porque el tiempo está corriendo?? No, esta no será la excepción y
aquí seguiré esperando esa persona mejor de lo mejor que quiero y sé que
merezco. Y no voy a negar que hay momentos de desilusión, de perder la fe, de
descaches, pero hay una voz interior que me recuerda que vale la pena esperar.
Veía
muy lejanos los 30, pero se llegaron en un abrir y cerrar de ojos y he hecho bulla
diciendo que voy a cumplir 30 y muchas veces lo he dicho con horror, otras con
orgullo, he hecho referencia a los 30 aludiendo otros temas, he dicho que los
30 me están distribuyendo la grasa en otros lugares donde antes no lo hacía,
que los 30 me han llevado a pensar más en mi alimentación, en mis cuidados, que
ya se siente llegar los 30, que ya no aguanto una fiesta, que si salgo un día a
rumbear, necesito dos más para
recuperarme (cosa que antes no ocurría), que a los 30 quiero una fiesta de no
olvidar, en fin tema sobre tema de los 30 que ya se desgasto el numerito y que
seguramente tengo mareada a las personas que me rodean con el mismo sonsonete
de los famosos 30.
Tengo
mucho porque agradecer y festejar y por eso y porque siempre he querido
celebrar los 30, lo haré y contrario a mi fiesta de 15 no será acartonada,
protocolaria, con invitados desconocidos, con más invitados de la familia que
míos, sin desconocer que los 15 fueron genial, pero aún
se carece de muchas cosas como para disfrutarla como quiero disfrutar los 30;
ya no será financiada por mi mamá, la de los 30 correrá por cuenta mía y solo
busco que haya derroche de alegría, con muy pocos invitados, pero con las
mejores representaciones de cada una de las etapas de mi vida.
Para
finalizar solo me resta decir que después de evaluar todo, me siento feliz de
que vaya a cumplir 30 y ahora tengo nuevos propósitos y sueños por cumplir,
tengo claro que quiero y que no quiero, tengo la madurez para decidir, arriesgarme
y asumir las perdidas. Quiero viajar mucho, escribir por montones y tomar fotos
por deporte de mí y del mundo; quiero seguir trabajando en el mismo lugar,
quiero disfrutar a mi familia, mis amigas y a todos mis seres queridos, quiero
conservar la inocencia de ciertas cosas, quiero seguir amando a Dios; quiero
arriesgarme más, quiero creer más y quiero definitivamente que la vida sea un paseo, eso quiero y por eso
lucharé en este nuevo año y etapa que empezará para mí. ¡¡¡Salud por la
maravilla de llegar a los temidos pero encantadores 30!!!
Como
nos interesa bastante su opinión y brindar temas de interés, le invitamos a
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desarrollados por nuestro equipo creativo y de investigación, al correo
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De
esta manera concluye nuestra editorial, la cual no podría cerrarse sin reiterar
mi agradecimiento por leernos y darnos sus opiniones. Se despide su nueva amiga,
ALEJANDRA FLÓREZ FERNÁNDEZ
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