Quien no ha
escuchado esa famosa frase de “escoba nueva siempre barre bien” cuando empieza
una relación laboral, personal, sentimental o de cualquier índole. Parece que
la mayoría de las personas se esfuerzan por dar una excelente primera impresión
o entregar lo mejor al inicio de las situaciones, pero después de algún tiempo
para algunos más corto que para otros, esta vocación empieza a cambiar y todo
se transforma en algo plano o rutinario.
Cuantas
veces le ha pasado a una empresa que ese ejecutivo o funcionario recién
contratado, da unos resultados maravillosos, deslumbra a todos, se proyecta
como una de esas personas que podrían llegar a hacerse casi insustituibles y en
el corto o mediano plazo se queda sin energía, vocación, pasión e ideas.
Ese amigo
que tuvo grandes detalles con usted, le decía que siempre podía contar con él y
cuando se dio ese preciso instante de necesitarle se quedo usted sin su ayuda,
acompañamiento, consejos, soporte, resumiendo le dejo en el aire y con mal
sabor por la situación.
Y en pareja
es la constante más habitual; porque iniciamos con un sin número de detalles,
atenciones, promesas que poco a poco se van esfumando. Es curioso ver como las
parejas siempre empiezan el proceso de conquista o los primero momentos de la
relación, disfrutando de valores agregados al amor, como sacar tiempo, no
importando la cantidad de obligaciones, compromisos o limitantes del mismo,
para hablar, escribirse, conectarse vía tecnológica, indiferente, sí es en el
día, la noche o la madrugada, porque el sueño y el cansancio no importan en
este preciso instante. ni que hablar, de lo que corren para poder verse y al
menos darse un beso, esa llamada, ese mensaje al correo o equipo móvil celular,
la efusividad del encuentro, la preocupación del bienestar del otro y lo más
importante: la prioridad sobre todas las cosas.
Desafortunadamente
después de un corto, mediano o largo plazo; porque lo hay para todos los
gustos, lo antes mencionado empieza a tener una desaceleración y la intensidad
no es la misma. Ahora los problemas del trabajo, si importan, las reuniones son
impostergables, el cansancio del día es insoportable, el estrés es inmanejable,
ahora sí cuenta dormir, porque sino al día siguiente, no rendirá en sus
obligaciones, trafico del transito de la ciudad es impedimento para el
encuentro; en fin la lista me puede dar para escribir un libro y no es el
objetivo del día de hoy.
Con todo lo
anterior estaría bien que analizará algunos aspectos como:
-
¿Esta
tan comprometido(a) con la relación, como al principio o simplemente la
mantiene porque es mejor malo conocido que bueno por conocer?
-
¿Mantiene
su relación por amor o simplemente por no estar sin pareja en la vida?
-
¿Esta
seguro(a) que aquellos detalles que le deslumbraron al iniciar la relación aún
consiguen ese mismo efecto o tan solo fueron un espejismo?
-
¿El
aire que respira y da vida a su relación, es proporcionado por el amor de
pareja o por no quedar en ridículo con su entorno, que le escucho al inicio de
la misma, aseverar sin margen al error, que había encontrado la media naranja
de su vida?
Piénselo
bien y no pierda o haga perder el tiempo a otras personas, no genera falsas
expectativas, no engañe, no desaproveche las oportunidades que le da la vida,
no sea conformista, valore, viva día a día con intensidad, entrega no
importando sí se trata de una relación laboral, de amistad o pareja y no
esperemos que algún día le digan: “nadie sabe lo que tiene, hasta que lo
pierde”.
Como nos
interesa bastante su opinión y brindar temas de interés, le invitamos a
escribirnos, a seguir dándonos sus opiniones y a proponer temas para que sean
desarrollados por nuestro equipo creativo y de investigación, al correo
mercadeo@sowhat.com.ar.
De esta
manera concluye nuestra editorial, la cual no podría cerrarse sin reiterar mi
agradecimiento por leernos y darnos sus opiniones. Se despide su nueva amiga,
Héctor
Jiménez Rodríguez.
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